Inicialmente se utilizaban para engordar al ganado, pero en el futuro pueden ayudar a las personas con Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Los probióticos, son organismos minúsculos que mejoran el equilibrio de las bacterias en el intestino. En la década de los 70 se comenzaron a utilizar los probióticos en lugar de los antibióticos (que destruyen las bacterias) para aumentar el tamaño y el peso del ganado. Veinte años más tarde se está investigando la utilidad de estos organismos en el tratamiento de varios tipos de enfermedades gastrointestinales.

Hay numerosas variedades de probióticos: Lactobacilli (GG, acidophilus, y salivarius), Bifidobaterium bifidum, Streptococcus thermophilus, Saccharomyces boulardii, y Escherichia coli. Para que un probiótico sea eficaz en el tratamiento de las EII, debe ser:

• De origen humano.
• No patogénico (es decir, que no provoque enfermedades, por ejemplo una variedad de E. Coli que no cause enfermedad).
• Resistente a los ácidos que se encuentran en la parte superior del tubo digestivo.
• Capaz de adherirse al epitelio, la mucosa del intestino.
• Capaz de producir sustancias que eliminan las bacterias patogénicas.
• Capaz de modular el sistema inmunológico.

Probablemente no todas las variedades de probióticos tendrán el mismo efecto, se diferencian en su capacidad para eliminar las bacterias, y en su capacidad de adherencia al epitelio y de regulación del sistema inmunológico. Los lactobacillii sobreviven mucho mejor en el ambiente ácido del tubo digestivo superior que las bifidobacterias, las bifidobacterias destruyen mucho mejor las bacterias patogénicas. Los lactobacilli también son más eficaces en la regulación del sistema inmunológico, por tanto quizás sean estos últimos los probióticos más idóneos para el tratamiento de las EII.

Para emplear los probióticos es necesario saber como actúan éstos, en las EII se ven involucrados tres componentes:

• Un antígeno que es una bacteria o un elemento bacteriológico que atraviesa el epitelio.
• Defectos en la permeabilidad del epitelio, probablemente debido a una susceptibilidad genética a esta permeabilidad, que permiten que el antígeno penetre en el intestino.
• Una repuesta inmunológica descontrolada frente al antígeno, que también tiene una componente genética.

En los individuos normales el antígeno atraviesa el epitelio y desencadena una respuesta inflamatoria para eliminar la bacteria. En el intestino interaccionan dos tipos de células T; las células Th1 que producen las citoquinas inflamatorias, como el TNF alfa y las células Th2 que producen citoquinas antiinflamatorias como la IL-10. Las células Th1 responden agresivamente a los invasores mientras que las células Th2 restauran el equilbrio del sistema inmunológico en el intestino. En las personas con EII, el sistema inmunológico no puede regresar a su situación inicial. La respuesta de las células Th1 se encuentra fuera de control, y esta respuesta inflamatoria causa daños al epitelio, produciendo los daños en los téjidos y los síntomas que caracterizan a las EII.

Pero ¿cuáles son los mecanismos de actuación de los probióticos en las EII?. Las bacterias se adhieren a la superficie del colon como si se tratara de glaseado sobre una tarta. Los probióticos atraviesan esta capa de bacterias y forman a su vez una nueva capa entre la superficie del intestino y las bacterias. De esa manera impiden que las bacterias se adhieran al epitelio o lo atraviesen. Un estudio realizado en Cork (Irlanda) mostró que el probiotico lactobacilus salivarious aumentaba la capacidad del epitelio para inhibir la producción de citoquinas inflamatorias como la TNF-alfa. El lactobacilus salivarious era capaz de estimular la respuesta de las Th2, suprimiendo de ese modo la respuesta inflamatoria de las Th1. Los autores estudiaron otras 15 variedades de lactobacilus y no encontraron una actuación similar. Sin embargo es necesario que se obtengan los mismos resultados en ensayos llevados a cabo en otros laboratorios. Otro aspecto importante de los probióticos es su actividad antimicrobial. Los probióticos producen alrededor de 50 agentes que destruyen las bacterias. Alrededor de 50 de estos agentes han sido clasificados ya. Lo cual será de particular importancia cuando se conozcan las bacterias específicas que pueden iniciar o estimular el proceso de las EII.

¿De qué pruebas se dispone que indiquen que estos agentes servirán para el tratamiento de las EII? En modelos animales se evitó la recaída en la colitis en ratas. Asimimo se han descubierto que el "lactobacillus plantarum" previene y trata la colitis en los ratones.

Se han encontrado niveles reducidos de Bifidobacterias en los tejidos de personas afectadas por Crohn y niveles reducidos de Lactobacillus en los de personas afectadas con Colitis Ulcerosa. Cuánto más grave es la enfermedad menor es el nivel de probióticos. Hay pruebas de que los probióticos juegan probablemente un papel importante en los pacientes con EII y que devolverlos puede ser eficaz en el tratamiento de dichas enfermedades.