EL SINDROME DE CUSHING

Descripción y carta de una paciente


El síndrome de Cushing es un desorden hormonal causado por la exposición prolongada de los tejidos corpóreos a altos niveles de la hormona de cortisol. A veces llamado "hypercortisolismo" es una enfermedad rara que aparece normalmente en adultos de 20 a 50 años. Se estima que aparece anualmente en unas 10 a 15 personas sobre cada millón.

Los síntomas varían pero en la mayoría de los afectados aparece obesidad, cara redonda, aumento de grasas alrededor del cuello y adelgazamiento de brazos y piernas. Los niños tienden a la obesidad con crecimiento retardado. Otros síntomas: piel muy fina y frágil que se cura mal en caso de tener heridas. Marcas de color púrpura como estriadas aparecen en el abdomen, muslos, nalgas, brasos, y pechos. Los huesos se emblandecen y actividades rutinarias como inclinarse, levantarse de cama o de una silla puede ya provocar lumbagos o incluso fracturas de costillas o de espina dorsal.

Mucha gente padece severa fatiga, musculos blandos, alta tensión y altos niveles de glucosa en sangre. Irritabilidad, ansiedad y estados depresivos son comunes.

Mujeres muchas veces padecen de exceso de vello en la cara, cuello, pechos, abdomen y muslos. Sus períodos menstruales son muy irregulares o incluso desaparecen. En los hombres existe un claro descenso de fertilidad con deseo sexual disminuido o incluso ausente.

El síndrome de Cushing aparece cuando el cuerpo se expone a niveles excesivos de cortisol por períodos alargados. Muchas personas sufren los síntomas de Cushing por tomar glucocorticoides tales como Prednisona contra el asma, artritis reumatoide, lupus u otras enfermedades inflamatorias o como inmunosupresión despues de transplantes.

Otros desarrollan el síndrome de Cushing por exceso de producción propia de cortisol. Normalmente la produccion de cortisol sigue una cadena precisa de eventos. Primero el hipotálamo, parte del cerebro del tamaño de un cubito de azucar manda una hormona (CRH) corticotropina hacia la glandula pitutaria. CRH manda a la glándula pituitaria a segregar ACTH (adrenocorticotropina)una hormona que estimula las grandulas adrenales (suprarenales). Cuando estas glándulas, situadas justo encima de los riñones reciben el ACTH responden soltando Cortisol circuito sanguíneo.

Cortisol realiza tareas vitales en el cuerpo. Mantiene la presion sanguinea y la función cardiovascular, reduce la respuesta inflamatoria del sistema inmunológico mantiene en balance los efectos de la insulina en la conversión de azucar en energía, regula el metabolismo de proteinas, carbohidratos y grasas.

Una de las tareas importantes del cortisol es ayudar al cuerpo a superar el stress. Por eso las mujeres en su 3er mes de gestación y los deportistas altamente entrenados normalmente tienen altos niveles de esta hormona en el cuerpo. gente que sufre de depresion, alcoholismo, malnutrición y desordenes del tipo de pánicos, suelen tambien tener los niveles de cortisol elevados.

Cuando los niveles de cortisol en sangre son los adecudos, el hipotálamo y la glándula pituitaria segregan menos CRH y ACTH. Esto asegura el equilibrio en necesidad diaria de cortisol que segregan las glándulas suprarenales . Sin embargo si algo va mal con las suprarenales o con sus reguladores en pituitaria y en hipotálamo la producción de cortisol puede andar malamente.

Publicamos a continuación una carta de
Magdalena Núñez Martín - Madrid
dirigida a Calidad de Vida - Nro 45 * Año 2003

"Sr. Director:

Me gustaría publicasen esta carta en su revista para dar a conocer a mucha gente a la cual es desconocida esta extra5a y rara enfermedad: síndrome de Cushing. Dicha enfermedad afecta a unas cuatro personas entre un millón.

Tenía 44 años cuando fui diagnosticada de Cushing. Empecé a tener sensaciones extrañas (fiebre, convulsiones musculares. ronchones. especie de arañazos, taquicardias y bastantes kilos de más), hinchada como si estuviera tomando cortisona. Yo siempre he estado en un peso entre 55 y 57 kilos y he llegado con la enfermedad a pesar cerca de los 80 kilos y una estatura de 168 cm. Mi cara empezaba a redon- dearse. sobre todo pómulos y cuello. empecé a tener papada y el abdomen se ensanchaba, mi estómago parecía el de un bebedor de cerveza, mis pechos se hicieron también enormes.

Durante estos años mi lucha ha sido tremenda. pues luchaba sola junto a mi familia. Los médicos no me entendían, me quitaban de encima mandándome a otros colegas y tratándome de hipocondriaca o loca. Sí, loca como ustedes leen. La primera vez que fui a Urgencias, el doctor me dijo que yo necesitaba un psiquiatra pues era depresiva, el otro doctor, un endocrino, me dijo lo mismo. Yo, claro está. les hice caso y acudí a «tres» psiquiatras distintos y a una psicóloga, y ninguno me puso tratamiento.

El informe de la psicóloga decía que estaba tan bien que lo pusiera en un marco a la entrada de mi casa. ¿Por qué sería? Gracias a mi constancia, fuerza de voluntad, no desanimarme normalmente, tener un carácter alegre y, sobre todo, no conformarme con mi físico (cara de luna) y con mis grandes molestias que me daban mala calidad de vida, sigo siendo una persona muy movida, siempre con ganas de hacer cosas, hoy estoy viva. Tuve la suerte de conocer, a través de otra doctora que se vió impotente y perdida y me remitió al profesor Balbino Barceló, que me descubrió, nada más verme entrar a su despacho. que yo tenía el síndrome de Cushing y luego lo confirmó con una resonancia magnética, por cierto, muy mal hecha y donde el informe decía que no se apreciaba nada anormal.

Me remitió urgentemente al neurocirujano Dr. García Uría. Los dos me pusieron al día sobre mi extraña enfermedad. dejándome muy claro la calidad de vida tan horrible que me esperaba si no me operaba, y los contras que traerían la opera- ción y el después de la operación. En una palabra, blanco o negro.

El 3 de mayo ha hecho tres años que me operaron. La operación fue un éxito total, la convalecencia ha sido muy dura (ya me dijo el doctor que lo normal estaba entre un año a tres).

Hay que darse cuenta lo que es pasar un síndrome de abstinencia, en este caso de cortisona, que es lo que genera tu organismo en demasía, pero yo soy casi siempre positiva y no he querido que me medicaran para que fuera menos doloroso. yo desde hace tiempo me encuentro de maravilla.

Ahora estoy en unos 62 kilos, pero también ya tengo 47 años y los cuerpos cambian según vamos siendo mayores, pero vuelvo a reír. Acaban de hacerme pruebas y están perfectas y, lo más importante es que estoy aquí en el mundo, con mi familia y con toda la gente que me quiere.

¿Es tan difícil que los médicos te escuchen? Con un simple análisis de cortisona se puede salvar una vida y sobre todo una vivencia tan horrible.

Mi agradecimiento a mis dos doctores preferidos, por su gran humanidad: doctores Barceló y García-Uría; a la Clínica Santa Elena. donde también me cuidaron; al escritor Antonio Gala, que con una frase suya en televisión me dio ánimos para seguir adelante sin miedo a la muerte; a mi familia, que no me abandonó nunca y quizá fueron los que peor lo pasaron y jamás delante de mí estuvieron tristes; y sobre todo a Dios, que es el que me devolvió de nuevo a la vida.

Espero que mi testimonio sirva para ayudar a cuantas personas se encuentren en la misma situación.

¡Ánimo y adelante!."

Magdalena Núñez Martín - Madrid

Calidad de Vida ,c/Mayor 58, 5ºF, 28013 MADRID , Tel. Redacción: 91 588 2989
Internet: www.munimadrid.es
Edita: Consejalía de Gobierno de Economía y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Madrid
Redactor Jefe: María Jesus Velasco García

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