¡Oh Dios sabes cuanto te quiero! Tanto, que no me importaría ser un trocito de tu cielo O ser trasparente como el viento y enredarme en tus cabellos como la zarza lo hace sobre el tronco quieto Y no me importaría para alcanzar los afluentes de tu firmamento que mi alma pasara por el infierno ¡Oh Dios cuanto te quiero! que quiero ser estrella que quiero ser lucero que quiero ser querubín para adornar tus cabellos Amar - 14.02.2004 |
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