Corazón de Pez



Los dioses me han dado corazón de pez en un cuerpo de mujer
Soy pez de aletas doradas sus bordes de espuma salada
Los colores azulados de mi piel se confunden en estas aguas
Su fosforescencia se oscurecen en ellas
Pocos han podido contemplar mi belleza por los mares
Pocos vieron la dulzura de mis ojos de mujer reflejada en su proa
Pocos pudieron escuchar la melodía que crea mi cuerpo al deslizarse
Vivo en las profundidades de los arrecifes de la vida
A veces crueles otras me han protegido de las mareas nuevas
Desde estas profundidades donde los dioses me dejaron olvidada
Mis ojos aún no pudieron ver un amanecer
Sólo sé que el sol se oculta porque mis ojos oscurecen
Mis oídos aún no escucharon el silbar del viento en unas velas alzadas
Ni este vestido de escamas que se adhiere a mí el roce de sus manos
Las corrientes me han contado que la luna se tiñe de su sal
Que su belleza es delicada, que su aspecto cambia cuando sus ojos intentan mirarse en mi mar
Los días pasan, se me hace eterno nadar en este silencio
Mi cuerpo de mujer le dice a mi corazón de pez ya cansado y débil
que quiere ver la inmensidad del cielo, que su color se confunda en su lomo.
Quiero que esas nubes blancas, redes de mi mar
me sostengan, me lleven a la laguna verde de la tierra, que ella con su poder me alce
Hoy al empezar a nadar vi que mis aguas estaban turbias, con más corrientes que otros días
Mi corazón de mujer pide a mis branquias salir fuera a deshacerme de las algas que me enredan
Hoy he decidido intentar de nuevo abrir mi cola como un abanico
la apoyaré en las olas encrespadas, en las más altas de mi mar, e impulsaré
mi cuerpo con fuerza hasta hacerle daño para salir
Pero sé que la debilidad de mis años me hará desfallecer; son tantas las mareas nadadas...
Mi corazón de pez entristece, oscurece por no poder llevar a mi cuerpo de mujer donde desea,
donde la luz se refleja sin límites
Estas profundidades me enloquecen y me hacen pedir a los dioses
que no se olviden de mí,
que no permitan que un pez me devore,
me arrastre en su estomago hasta vomitarme en una playa desierta.
Quiero que ellos que me crearon así diferente a otras especies
me den la oportunidad de sentir la libertad
en la red de un pescador, mientras el viento cicatriza las heridas de mi lucha
por querer ser mujer

Amar - 15/07/2004