- EL MITO DE LA LECHE -

Olga Cuevas, La otra cara de los lácteos, Medicina Holística nº 55

La dietética oficial suele aconsejar que se tome leche y sus derivados debido a su alto contenido en calcio. De la misma forma que se añade sal al caldo cuando está soso, parece lógico que dado el caso de descalcificación, se subsane tomando calcio. Esta es la razón por la que muchas personas beben a diario uno o más vasos de leche, con la intención de compensar la pérdida de masa ósea. Pero el cuerpo humano no es un caldero, y una cosa es la cantidad de calcio que contenga un alimento y otra muy distinta la proporción de este calcio que se absorbe, se asimila y acaba depositada en los huesos.

La leche de la madre es un excelente alimento para el bebé. Le basta para crecer con tal rapidez que casi es posible apreciar los cambios día a día. Pero que sea buena para el bebé no significa que sea adecuada en otras etapas de la vida. Al contrario, bastantes razones llevan a creer que la leche materna es sólo para los lactantes:

· La misma naturaleza de la leche muestra que es una substancia para ser mamada: es necesario consumirla a medida que se produce, ya que una vez ordeñada pronto se estropea. Para conservarla debe ser manipulada y transformada en yogur o queso, o hervirla y pasterizarla, proceso que altera algunos de sus componentes.

· Con sólo una ojeada al reino animal, la naturaleza nos muestra que los animales adultos no maman.

· Sólo el hombre bebe la leche de otra especie. La leche de vaca es muy diferente a la humana en la cantidad de proteínas y grasas. Pero lo que sobre todo las diferencia son las sustancias químicas que tienen una intensa acción sobre el organismo del ternero: son las hormonas pituitarias, hipotalamicas, esteroideas, tiroideas, paratiroideas, pancreáticas, adrenales, sexuales... hormonas que son excelentes para regular el metabolismo del ternero, pero inadecuadas para otras especies: sólo mamando el ternero dobla su peso en un mes y medio, mientras que el bebé humano necesita seis. La gran envergadura de algunas personas de los Estados Unidos rural puede tener que ver con que es un país en el que se bebe más leche que agua.

La leche de vaca no es un alimento sano. La leche facilita la producción de mucosidades, y su consumo en niños y adultos está relacionado con la rinitis, la sinusitis, el asma y con trastornos ginecológicos. La relación es tan evidente que en muchos casos estas enfermedades desaparecen después de dejar de tomar leche. Se debe prescindir de los lácteos cuando se sufre alguno de estos trastornos, consejo que podría hacerse extensible a todas aquellas personas con problemas de salud.

Por otro lado, no se puede obviar que la leche no es lo que era. Ni los mismos ganaderos beben la leche de sus vacas; prefieren la de tetrabrick, casi incorruptible y sin fecha de caducidad. El pienso da un sabor tan fuerte a la leche que nada tiene que ver con la de las vacas que pastan a su aire por los prados. En las granjas, las vacas de ordeñar estan todas juntas, normalmente casi inmovilizadas, y con esta existencia tan antinatural, deben ser protegidas y curadas continuamente con antibióticos, vacunas y otros medicamentos, parte de los cuales pasa a la leche, junto con les pesticidas y plaguicidas que las vacas ingieren con el pienso.

La leche es un alimento muy completo y específico que ata a la madre con el bebé y la vaca con el ternero. De la misma forma que la leche de vaca nos humaniza, puede ser que la de vaca nos haga ser un poco rumiantes, flemáticos y gregarios.

Por lo que a su supuesta acción preventiva de la osteoporosis se refiere:

· Después de 25.000 análisis de sangre se concluyó que las personas que tomaban de tres a cinco vasos de leche diarios tenían los niveles más bajos de calcio en sangre.

· Los chinos que han introducido la leche en su dieta sufren más osteoporosis, cuando teóricamente tendría que ser al revés, ya que toman más calcio que los que siguen la dieta tradicional.

· También se ha observado que la osteoporosis es más acusada en aquellas personas que, sin haber tomado nunca, empiezan a beber leche animal.

· La osteoporosis es una enfermedad de los países consumidores de productos lácticos, que supuestamente la previenen con estos alimentos. Estos países "adelantados" curiosamente tienden a recortar el tiempo de la lactancia y a suministrar leche de vaca durante el resto de la infancia y en edad adulta. Quizás debido a esta reducción de la lactancia materna, algunos de los consumidores de leche pueden ser considerados adictos; en este caso sería aconsejable sustituir la leche de vaca por otros líquidos blanquecinos más sanos como la leche de almendra, de avellana, de soja, de arroz, de avena, de chufa, de sésamo...

Para más información véase Olga Cuevas, La otra cara de los lácteos, Medicina Holística nº 55.


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